Allá está La Vega con su eterna inmensidad de siglos contemplando a mi pueblo. Entre la verde foresta se vislumbra un rayo de luz nueva que cae en forma de rocío perenne sobre las lomas del barranco. Son ellas garantes de lo que digo.
!Cuánta historia encierra el Bar España! Por su puerta han pasado personajes únicos en la vida de mi pueblo. Noches de tertulias, domingos de reencuentros, las camillas con las copas de cisco calentando a los que jugaban a las cartas, Pepe y su hijo Eduardo,... y Conchi asomada al balcón por si ve pasar un día nuevo. Pasé el otro día por allí, me abrieron la puerta y el Bar España dormía el sueño del pasado al no tenía fuerzas ya de entregarse al vertigo del porvenir.
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